En las alturas de Pillpinto, el sabor se convirtió en motor de desarrollo. La comunidad celebró con entusiasmo la Feria Gastronómica de la Trucha, un evento que reunió a familias, visitantes y productoras locales para degustar deliciosos platos como trucha frita, al horno y en chicharrón, preparados con el fruto de meses de trabajo y dedicación.

Este espacio no solo fue una vitrina para el talento culinario de la zona, sino también un ejemplo de cómo la crianza sostenible de truchas impulsa la economía local, fortalece la seguridad alimentaria y promueve la autonomía económica de las mujeres campesinas.

Las productoras de Pillpinto, protagonistas de esta historia, han encontrado en la trucha una oportunidad para emprender, generar ingresos y contribuir activamente al bienestar de su comunidad, demostrando que cuando la organización se combina con el esfuerzo, el desarrollo se sirve en cada mesa.

En Cáritas Cusco acompañamos estos procesos para que cada plato sea también una oportunidad de progreso y dignidad.

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